EPN en Nayarit al estilo Obama: una hora de abrazos y selfies

12 mil beneficiarios de programas sociales del gobierno federal finalmente recibieron efusivamente al Presidente poco antes de la una de la tarde. Fueron más que cálidos. Hasta antes de este evento ninguno otro realizado con gobernadores había rebasado los 6 mil de asistencia, filtraron los miembros del Estado Mayor

Desde muy temprano ayer miércoles el titular de SEDESOL, Ernesto Meade, le puso sal y pimienta a la visita presidencial a Tepic al subir a Twitter una foto en espera del vuelo comercial de Aeromar. Como cualquier hijo de vecino pues.

12 MIL NAYARITAS EN MODO EFUSIVO

Llegando a la capital nayarita estuvo monitoreando los detalles del evento que presidiría Enrique Peña Nieto en el Auditorio de la Gente en compañía del gobernador Roberto Sandoval. El inmueble parecía demasiado gigante para la escasa afluencia de personas a eso de las 11:00 de la mañana, un par de horas antes de la cita.

Y es que los filtros aplicados por el Estado Mayor Presidencial hicieron que la gente caminara la legua desde que se apeaba de su autobús para llegar a su grada, previo paso por los arcos detectores de metal. El calor hizo lo suyo aparte. La sensación térmica era de 37 grados centígrados y seguía subiendo. El andar pausado era lo dable.

12 mil beneficiarios de programas sociales del gobierno federal finalmente recibieron efusivamente al Presidente poco antes de la una de la tarde. Fueron más que cálidos. Hasta antes de este evento ninguno otro realizado con gobernadores había rebasado los 6 mil de asistencia, filtraron los miembros del Estado Mayor.

“VAMOS ALLÁ ARRIBA GOBERNADOR”

A EPN le agradó la bienvenida. Quizá recordó los actos de campaña cuatro años antes. Se sintió bien con el apapacho colectivo, tanto que 15 metros antes de llegar a su asiento volteó a las alturas de la grada norte y le propuso al gobernador Sandoval –con palabras y mímica- ir a su encuentro a saludarlos.  El general Roberto Miranda, Jefe del Estado Mayor, y el mayor Contreras, asistente personal del Presidente, no pudieron ocultar la cara de sorpresa por el arranque de su jefe. 

Por esas cosas de las escaleras laberínticas EPN subió pero a la grada oriente, justo arriba de los palcos en donde ubicaron a los alcaldes nayaritas. Fueron 16 minutos de selfies, de abrazos, de calidez cora. Y desde los extremos saludaba a los vecinos de las butacas sur y norte. Sufrían los ujieres militares. No estaba en el programa el recorrido por las alturas.

Ya abajo, el gobernador Sandoval –de sombrero y botas- le dijo al presidente que “el agradecimiento es la memoria del corazón” y enlistó las obras más importantes desarrolladas en la entidad con inversión federal. También hizo un dibujo somero pero atinado del perfil de los nayaritas: “Es gente que quiere”.

Asintiendo desde su privilegiado lugar en primera fila la laureada actriz y directora Mónica Miguel, feliz de estar entre los suyos, alejada del pesado trajín de la grabación de telenovelas.

MEADE Y NARRO, BREVES Y ATINADOS

A su vez, el Secretario Meade tuvo el acierto de citar un par de veces a Amado Nervo, una de las glorias locales. Dijo que Nayarit está en el primer lugar de avance en la lucha contra la pobreza y puso un toque emotivo al evento cuando se dirigió a Peña Nieto para informarle que "gracias a usted hay gente que está concluyendo sus estudios de Prepa y universidad". 

Siguió en el micrófono el doctor José Narro, Secretario de Salud, quien no se complicó la vida y se refugió en lo que domina, la retórica docente. Años de catedrático le han dado tablas para poder ilustrar sin dificultad. Prácticamente dio una clase de medicina preventiva y tuvo el buen gesto de pedirle al respetable palmas para el gobernador y el presidente.

Tras la intervención algo extensa de Azucena Esparza, una beneficiaria del programa Prospera –quien concluyó felicitando a su hijo Azael por su onceavo cumpleaños-, tocó el turno al Presidente 12 minutos antes de las 2 de la tarde.

“SOY MEXIQUENSE, PERO NAYARIT ES MI SEGUNDA CASA”

Peña Nieto fue recíproco con el calor de los nayaritas. Les dijo: “El mejor alimento que puede tener el Presidente de la República es encontrar la sonrisa y alegría de la gente a la que sirvo y hoy ustedes me lo regalan". Allá arriba la nutrida delegación que viajó casi tres horas desde Bahía de Banderas le regresaba en coro “Nayarit es su casa”. Ellos y ellas uniformados con playeras en vivos rojos y verdes. Parecían del PRI. Seguramente lo eran. En política lo que parece, es.

Calor ambiente. Calor humano. Cinco minutos de mensaje y EPN se dirige a la tribuna elevando los decibeles “¿Ya están cansados?”. -¡Nooo!-, le responden. Al sentirse autorizado por la audiencia, siguió con su exposición de los esfuerzos institucionales para afiliar gente al Seguro Popular. Pantalón oscuro, camisa blanca de manga larga con rayas en tinto. De lejos le llegaba el aire fresco de los coolers.

“Los beneficiarios de Prospera pueden ser atendidos de 27 enfermedades distintas, pero si se inscriben al Seguro Popular podemos brindarles tratamientos para 287 enfermedades”, explicaba.

El último de los 18 minutos que EPN estuvo en el uso de la voz fue una declaración de amor a sus oyentes. “Ustedes saben, soy mexiquense, pero mi otra tierra, mi segunda casa, en donde encuentro esparcimiento con mi familia es Nayarit”, confesó. Y aquellos se le entregaron con una ovación.

SELFIES, SELFIES Y MÁS SELFIES

A las 14:06 de la tarde una delicada voz femenina dio gracias por la asistencia a los presentes. Todos en orden a emprender la caminata de regreso a sus autobuses. Otros a esperar el milagro de la multiplicación de los taxis. Pero allá abajo, muchos no se querían ir sin la selfie con el nuevo paisano. 

Y el “nayarita” Peña Nieto se dejó querer. Selfies con el personal de Prospera, selfies con los periodistas, selfies con indígenas. Y tiempo para la charla breve pero encantadora. Roberto Mondragón, propietario de la televisora local y veterano golfista, le inquirió sobre su hándicap. El presidente hizo una mueca curiosa, cerrando los ojos y apretando los labios, como intentando recordar un dato difícil. “Tengo 14 de hándicap”, al tiempo de estirar la diestra y hacer el signo universal del ‘más o menos’.

El Presidente maneja con destreza celulares ajenos. Deben ser miles las veces que él mismo ha accionado el botón de click de los peticionarios de alguna gráfica. Así lo hizo con el periodista Antonio Tello, a quien le tomó su iPhone última generación para la foto. Finalmente un asistente se ofreció para hacer el retrato.

El rosario de fotografías para presumir en redes sociales terminó a las 2:44 de la tarde para alivio de los miembros del Estado Mayor. En síntesis, la numeralia retrató bien la calidez del encuentro de Peña Nieto con los nayaritas: 18 minutos de discurso, una hora de selfies. (Con información de Nayarit en Línea)