Torpezas de nuestro sistema educativo
En mi experiencia como docente universitario me ha tocado convivir con un sin número de estudiantes que están llenos de sueños y objetivos. Irónicamente un gran porcentaje de ellos no saben escribir, desnudan sus deficiencias en las redes sociales y evidencian la carencia que tienen en el manejo del lenguaje
Hace algunas semanas en la excelente revista Orsai, publicación argentina que se presume como la única en mantenerse sin publicidad, leí un artículo que hicieron con Stephen Hawking. El entrevistador hacía notar lo tardada y silenciosa que podía llegar a ser una plática con él. El hombre más inteligente del mundo habla a través de una computadora que se controla por medio de un sensor que conecta con el único músculo de su cuerpo que puede mover, el cual se encuentra ubicado en la mejilla.
El sensor al recibir la descarga del movimiento del nervio genera unas letras y a través de unos lentes él decide como construir las palabras, posteriormente se transforman en la voz robótica que todos conocemos.
Para contestar un par de preguntas Stephen Hawking puede tardar hasta una hora.
Lo que más llamó mi atención del artículo es que menciona que a pesar de la dificultad que esto ocasiona a Hawking, él escribe de una manera obsesivamente perfecta. Corrige sus faltas de ortografía y su sintaxis.
En mi experiencia como docente universitario me ha tocado convivir con un sin número de estudiantes que están llenos de sueños y objetivos. Desde ser directores de cine hasta trabajar en la mejor agencia de publicidad.
Irónicamente un gran porcentaje de ellos no saben escribir, desnudan sus deficiencias en las redes sociales y evidencian la carencia que tienen en el manejo del lenguaje.
He platicado con amigos docentes de diferentes universidades en Puerto Vallarta y en el interior del país y comparten la misma situación.
Dar clases en una universidad es llegar a corregir o lidiar con las fallas del sistema de enseñanza .
Sonará ridículo pero en una carrera como la de Ciencias de la Comunicación, en las primeras materias, se trabaja en enseñar a los jóvenes a acentuar palabras, a leer, a las reglas básicas de ortografía, precisamente esos puntos que se deben de tratar desde el nivel básico de enseñanza.
El sistema educativo en este país es como un autobús sin llantas y sin un buen chofer, lleno de vicios y huecos que afectan a corto plazo a la manera en como los mexicanos abordamos y entendemos el mundo.
El sistema educativo no es esperanzador para el mexicano que quiere salir del promedio, por ello se necesitan individuos que den el mayor esfuerzo, familias que entiendan que en la mayoría de las escuelas de este país no encontrarán la educación y que hay que aprender un poco a explorar de manera individual cosas que van más allá de las reglas de acentuación en el lenguaje.
A manera de reflexión para los jóvenes lectores los invito a que precisamente se diferencien del promedio trabajando en los detalles, en las cosas que aparentemente no son importantes. Trabajen en la perfección así como lo hace Hawking a pesar de las dificultades.
Arturo Montero
Realizador
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