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El dilema entre ser y cuidar un destino turístico, y ser una sociedad de calidad

Escrito por Arturo Montero on . Posted in Atisbando en la Bahía

Debemos de entender el dilema en el que nos encontramos, nuestra ciudad se sostiene del turismo y no debemos de generar incertidumbre en el posible visitante, pero de la misma manera no podemos correr el riesgo de convertirnos en una comunidad silenciosa y que oculta información

 

 Por Arturo Montero

Los lamentables acontecimientos ocurridos en Puerto Vallarta el primero de Mayo se suman a la lista de agravios que tenemos que vivir los mexicanos día tras día por haber tenido la suerte de haber nacido en el país de la corrupción, pero también es la cuota que debemos de pagar precisamente por haber dejado que este cáncer creciera.

Platicaba con una maestra universitaria y preocupada me compartía la visión que tienen algunos de sus alumnos sobre las posibilidades reales para salir adelante en México y consideran que sólo existen dos vías, volverte narco o meterte en la política. No consideran que sus estudios les vayan a dar herramientas para cumplir sus sueños.

Es lógico que la juventud tenga esta percepción y estas dos posibilidades en mente. El narco no podría fortalecerse si no tuviera de aliado a los políticos corruptos y los políticos no podrían amasar increíbles fortunas sin la participación del narco, son temas que van de la mano y que crecen juntos.

Otro punto a considerar de ese primero de Mayo es el habernos dado cuenta que la visión del Vallarta que todos queremos es muy diferente para cada uno de los habitantes del puerto.

El inusitado manejo de la información que salió a flote gracias a las redes sociales descubrió el temor que existe en los diferentes sectores de que nos suceda lo que a Acapulco, sin embargo la sociedad en general no tuvo reparo en postear cualquier cosa que asumía como cierta.

Las líneas se rompieron, los mesurados se convirtieron en perfiles que censuraban y los temerosos en especuladores.

Ambas posturas hacen un daño a las sociedades que aspiran a estar bien informadas.

Debemos de entender el dilema en el que nos encontramos, nuestra ciudad se sostiene del turismo y no debemos de generar incertidumbre en el posible visitante, pero de la misma manera no podemos correr el riesgo de convertirnos en una comunidad silenciosa y que oculta información.

Los atentados a bancos y gasolineras nos hicieron caer en la cuenta que Vallarta si es México,que compartimos con el resto del país no sólo lo bello sino lo obscuro. Que todos los males que se han vivido los últimos años a nivel nacional suceden aquí mismo, a la vuelta de la esquina.

Se dice que parte de la idiosincrasia Vallartense es sonreír, ahora algunos suman que para ser un buen pata salada no se vale hablar de las verdades si estas causan temor.

Creo que es buen momento para abordar el tema desde una diferente perspectiva, de lo contrario estaríamos mandando el errado mensaje a nuestra juventud de que los sentimientos de miedo, enojo e incertidumbre en esta ciudad hay que esconderlos, arrojarlos al fondo del mar o mantenerlos lejos de la franja turística, como sucede en esta ciudad con todo lo que no se quiere que se vea.

Considero que a la par de campañas y posturas que inviten y eleven las bondades del destino deberíamos de estar analizando lo que han hecho habitantes de lugares como Cd.Juárez, Saltillo, Tijuana, Tamaulipas, Tepic, Michoacán , Veracruz , etcétera. Sitios que malamente nos llevan una ventaja en este tema. Seguro ahí la sociedad civil ha encontrado maneras para luchar desde la discreta trinchera que ahora nos toca.

A través de estrategias sociales que involucren al arte se pueden encontrar caminos para que estos jóvenes de secundaria o prepa , que no ven otra posibilidad más que ser narcos o políticos corruptos entiendan que pueden tener acceso a una buena vida, digna, con honorabilidad y en paz. 

Recomiendo el acercamiento a la obra de Pedro Reyes artista mexicano que crea instrumentos musicales con armas decomisadas como una forma de dignificar a la vida. Referencias hay muchas, sólo se necesita indagar un poco y entender que no es igual aspirar a ser un destino de calidad que buscar ser una sociedad de calidad. Parece lo mismo, pero no.