El poder de las imágenes en nuestro cerebro
Por Lorena Martínez
Diversas investigaciones han demostrado que la forma más fácil de ser memorable, es que los mensajes que enviamos, sean claros y sencillos. El cerebro acusa desgaste vía procesos mentales, por lo que trata de ahorrar energía y evita imágenes y mensajes complicados
El cerebro es el órgano más importante del cuerpo, sin él, la vida no tiene sentido; el mundo es como él lo percibe. No lo vemos como es, sino a través de muchos filtros de experiencias, sensaciones, recuerdos y pensamientos; sólo por mencionar unos ejemplos, ¿cuántas veces hemos querido convencer a alguien de que una prenda es de cierto color, que cierta persona no es confiable, que una cosa es bonita o no?
Si partimos de que la realidad está deformada por estos lentes que tiene cada individuo, deberíamos comprender la complejidad que implica comunicarnos con los demás y enviar los mensajes correctos. El cerebro sólo procesa el uno por ciento de lo que recibe y de manera no consciente, cada quién hace una interpretación de la realidad a partir de lo que le interesa.
Diversas investigaciones han demostrado que la forma más fácil de ser memorable, es que los mensajes que enviamos, sean claros y sencillos. El cerebro acusa desgaste vía procesos mentales, por lo que trata de ahorrar energía y evita imágenes y mensajes complicados.
Un estudio realizado en Zurich, demostró que las imágenes acompañadas con música clásica producen respuestas más emotivas. En Stanford, el profesor Charles Spence demostró que la ambientación, la vista, el sonido y el tacto modificaban la percepción acerca del sabor de una comida. Por ejemplo, los participantes de este proyecto decían que un postre de fresa sabía más dulce si era puesto en un plato blanco, que en uno negro.
Diversos experimentos han demostrado que nuestro sentido de la vista se registra de forma metaconsciente, es decir: Aunque vemos, no detectamos todo conscientemente, pero sí tenemos información que nos ayuda a evitar riesgos. Nuestra mente funciona con imágenes que formamos del mundo, que vamos archivando y que cuando enfrentamos una situación, conocemos a una persona o llegamos a un lugar, esta información previa juega un papel fundamental en la forma en que nos sentimos.
La mente funciona a través de la construcción de historias, los conceptos aislados no tienen sentido en ella. Cuando escuchamos una palabra, una canción, vemos una escena o percibimos algún aroma, nuestro cuerpo produce una reacción sensorial que construye una narrativa en nuestra mente. Por ello la imagen juega un papel fundamental, no importa si creemos o no en que es importante, si nos gusta o no lo que proyectamos, o si estamos o no conscientes de ello, lo realmente relevante es darse cuenta que los humanos decidimos así. Vestirnos de acuerdo a la ocasión, preparar bien nuestros discursos, entrenar nuestra voz y respirar correctamente, estudiar los contenidos de lo que vamos a decir, hacer consciente el movimiento del cuerpo, llevar el material adecuado para presentarnos, son elementos que serán percibidos por todos, aunque sea de forma metaconsciente y ello influirá en la forma en la que seremos vistos y tratados.