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Explota el Verde en Vallarta

Escrito por Osvaldo Granados on . Posted in Andanzas

El uso sistemático del color verde institucional y el simpático tucán, no es casualidad ni estética tropical. Es una estrategia perfectamente diseñada 


Por Osvaldo Granados

Tras ocho meses de sequía, esta semana todo cambió. Pero no solo hablamos de las primeras lluvias de la temporada que han dejado una explosión de verdor en las montañas, valles y zonas terregosas, sino también de la explosión de presencia del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), particularmente de lo que caracteriza a este partido político: su tucán y el color verde que desde el año pasado han irrumpido por doquier en cualquier acción y comunicación del gobierno municipal de Puerto Vallarta que encabeza Luis Ernesto Munguía González.

Y aunque todos los partidos políticos usan el color que los caracteriza cuando llegan al gobierno, (aunque no deberían por ética, PRUDENCIA y por diversas disposiciones legales), el PVEM en Puerto Vallarta de plano se ha saltado la barda.

Lo que parecía una sutil estrategia de posicionamiento político se ha transformado en una auténtica apropiación cromática del espacio público.  

En buena medida el color verde institucional del PVEM y sus variantes han saltado de las boletas y bardas propagandísticas de partido a lonas oficiales, campañas de salud, de limpieza, torneos deportivos, murales, clínicas de salud, casas de gestión, etcétera.  A la par, el simpático tucán, emblema inconfundible del partido, aparece cada vez con mayor frecuencia —y sin recato— en la narrativa visual del gobierno municipal.

El uso sistemático del color verde institucional y el simpático tucán, no es casualidad ni estética tropical. Es una estrategia perfectamente diseñada para asociar, de manera subliminal pero efectiva, la gestión pública con la imagen de un partido político y su líder local. Estamos pues ante una vitrina propagandística de tiempo completo.

En un país donde la legislación electoral ha intentado poner candados al uso de recursos públicos para fines proselitistas, lo que ocurre en Puerto Vallarta raya no solo en la provocación, sino de plano en la ilegalidad. Porque si bien no hay una ley que prohíba utilizar el color verde, sí hay normas claras que impiden la promoción personalizada o PARTIDISTA desde las instituciones gubernamentales. ¿O qué otra intención puede tener este uso sistemático de los símbolos del Verde si no es el posicionamiento político?

¿Estamos ante una estrategia de larga duración para allanar el camino electoral hacia 2027 o simplemente ante un descuido comunicativo? Cualquiera que sea la respuesta, lo cierto es que lo que sucede en Puerto Vallarta debería llamar la atención de los órganos electorales y de los propios ciudadanos. No se puede normalizar que los gobiernos se vistan con los colores de los partidos como si se tratara de una franquicia personal.

Están a tiempo … también los ciudadanos.