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La policía local de un puerto internacional

on . Posted in Atisbando en la Bahía

Al igual que otras áreas del servicio municipal, la seguridad pública es un fantasma en los momentos que se requiere. En lo personal siento que no puedo exigir mucho en estos momentos, me da compasión ver a los policías bajo el calor costeño queriendo aparentar que cuidan a una ciudad que cada vez se entrega más al abandono y que, por si fuera poco, lo que menos siente por parte de sus instituciones, es protección


Los turistas que vienen a Vallarta y se mueven en la ciudad en camión deben sentirse protegidos de los carteristas, ya que las probabilidades de que se encuentren a una pareja de policías abordando el urbano pidiendo aventón al chofer son muy altas . 

Así se desplazan últimamente los agentes para cubrir en sus rondas la mayor parte del puerto . Las patrullas que he visto generalmente las traen personal de tránsito. Tiene lógica si entendemos que las multas viales le dan mayor ingreso a las arcas municipales.

Por otra parte los visitantes que llegan al destino de playa más mexicano por excelencia podrán encontrar en su andar por las banquetas del pueblo a alguna pareja de oficiales distraídos que comen su torta de jamón bajo la sombra fresca de un ficus. Bien merecida después de haber caminado toda la mañana el número de cuadras que les corresponden cuidar.

Traigo el tema a colación posterior al haberme encontrado a un amigo expolicía y con quien estuve platicando un aproximado de diez minutos cerca de un crucero en el libramiento carretero. Durante ese tiempo pasaron ante nosotros un par de ladrones de poca monta y que él a la distancia reconoció

Podrían ser los papás de alguien - le dije .

Si pero son rateros - me respondió - ya están sueltos,  seguro ya andan chambeando .

No quise hacer comentario alguno, no sabía exactamente qué decir, quise suponer que después de varios años en servicio el ojo se vuelve sospechoso. Seguimos platicando de otros temas, la familia y el nuevo trabajo. A los minutos pasó una moto manejada con un joven que estoy seguro no podría haber rebasado los 15 años de edad.

Esos son tiradores - me dijo .

¿ Por qué estás tan seguro ?  pregunté.

Fíjate en la moto, sin placas , un menor de edad manejándola , sin casco, seguro es robada, son las que usan para andar tirando droga, afirmó .

¿No crees que sospechas de todos ahora que ya no estás en la policía? - lo cuestioné.

Nombre! la gente no se da cuenta pero ahí están, hay muchos mañosos, pero qué quieres, no hay chamba, la gente se desespera. Por robar algo y venderlo consiguen lo que podrían ganar en un mes, se les hace fácil, el chiste es hacerlo la primera vez, luego les gusta, se hacen “huevones”, así empiezan, me dice mi amigo mientras vemos como carga gasolina el adolescente curiosamente a escasos metros de donde pasa una patrulla de tránsito.

En ese encuentro que no duró demasiado tiempo pasaron junto a nosotros otros dos presuntos delincuentes que mi amigo confesó conocer, de esos que le hacen daño al ciudadano común, viles ladrones, los que se llevan dinero y bienes que en este tiempo cada vez cuesta mayor trabajo tener .

El asunto de la seguridad pública en Puerto Vallarta me parece digna de señalar.

Estoy seguro que vivimos en un momento delicado. Si todos los malos se pusieran de acuerdo para asestar un golpe al mismo tiempo, no habría quien los parara. Nos veríamos sumergidos en una especie de película de género negro.

La situación me parece tan desequilibrada que esos policías que nos encontramos en los camiones o caminando bajo el sol lo hacen porque simplemente no cuentan con patrullas o gasolina para echarlas a andar. Es decir, el puerto de talla internacional más mexicano no tiene un área de seguridad pública al nivel de las circunstancias.  Alguien terminó con esa dependencia.

Al oficial que mejor le va puede tal vez tener una bicicleta, pero estamos de acuerdo que por más que se tenga pierna para el pedaleo nunca daría alcance al vehículo de un delincuente de mayor jerarquía .

Los policías se están rascando con sus propias uñas y eso hay que entenderlo para encontrar explicación a las situaciones de robos que suceden por temporadas en la ciudad.

En lo que debemos ser muy puntuales y críticos es en estar conscientes del desmantelamiento policiaco que se hizo, si ustedes gustan para no caer en la sospecha, como una más de las consecuencias ocasionadas por el deterioro económico local .

Al igual que otras áreas del servicio municipal, la seguridad pública es un fantasma en los momentos que se requiere.

En lo personal siento que no puedo exigir mucho en estos momentos, me da compasión ver a los policías bajo el calor costeño queriendo aparentar que cuidan a una ciudad que cada vez se entrega más al abandono y que, por si fuera poco, lo que menos siente por parte de sus instituciones, es protección. 

En pocas palabras, la seguridad pública ha perdido la capacidad de respuesta, de recursos, de respeto y de confianza (si es que alguna vez se ha tenido) entonces, ¿qué tienen para ofrecernos?