Una buena nutrición para tu reflujo es la solución
Los malos hábitos, sin duda alguna, no sólo nos ponen en riesgo para problemas de control de peso, si no que también nos afecta el bienestar digestivo y calidad de vida.
Por Blanca Villaseñor (nutrióloga)
En la consulta es muy común recibir pacientes que refieren molestias digestivas, en muchas ocasiones relacionadas a los malos hábitos que tiene el paciente como el omitir tiempos de comida, no contar con horarios de alimentación bien establecidos, consumo excesivo de volumen de alimentos, alto consumo de alimentos ricos en grasas, picantes, cafeína y chocolates así como también malos hábitos de tabaquismo o contar con un exceso de peso.
Los malos hábitos, sin duda alguna, no sólo nos ponen en riesgo para problemas de control de peso, si no que también nos afecta el bienestar digestivo y calidad de vida.
Muchas veces llegamos a consulta ignorando que tal vez requerimos un equipo interdisciplinario, por ejemplo, si vas con el gastroenterólogo y resultas con un diagnóstico de alguna enfermedad gastrointestinal, es importante el recibir atención nutricional por un especialista de nutrición, así como si en la consulta de nutrición detectamos signos de alerta, requerimos también derivar al paciente con el especialista médico. El trabajo de ambos especialistas es vital para un adecuado tratamiento y pronóstico del paciente.
Ahora te preguntarás, ¿pero realmente cuáles son los síntomas del reflujo? Bueno, entre ellos está la regurgitación que implica el regreso sin esfuerzo del contenido alimentario a través del esófago y además podemos encontrar pirosis que es una sensación de ardor en la parte central del abdomen, por encima del ombligo y debajo de las costillas. En ocasiones encontramos síntomas extraesofágicos por ejemplo tos por reflujo.
¿Los síntomas son todo el día? La verdad es que depende mucho de la cronicidad que tenga la enfermedad en el paciente y sus hábitos. Además de los hábitos alimentarios, influye también la ropa que traigas por ejemplo si es muy ceñida a la cintura puede generar mayor riesgo sobre todo cuando ya padeces la enfermedad. Otra causa de molestias es recostarse o dormir inmediatamente después de consumir alimentos. Ir a la cama 3 horas después de comer pueden mejorar tus síntomas pero una pieza muy clave para que las complicaciones no se desarrollen y sobre todo mejore tu salud digestiva es recibir una adecuada alimentación.
Modificaciones alimentarias como consumir 5 comidas, evitar altos volúmenes de comida, evitar picantes/empanizados/capeados/café/alcohol/alimentos grasosos/ frituras/refrescos y no fumar reducen las molestias. Sin embargo, SIEMPRE debes tener presente que saber CUÁNTO y DE QUE TIPO de alimentos necesitamos de acuerdo a nuestros requerimientos, será el mejor tratamiento y ello se logra gracias a una consulta nutricional.
En mis 11 años de experiencia clínica he visto las mejorías de mis pacientes gracias a un tratamiento nutricional personalizado dónde no solo gracias a las restricciones he dado beneficios en su salud sino que al tomar en cuenta laboratoriales y medicamentos así como trabajar en conjunto con su tratamiento médico, logro que el paciente tenga mejor calidad de vida.
Si tú sientes alguno de los síntomas anteriormente mencionados o despiertas a medianoche por reflujo ó tienes alguno de los malos hábitos de consumo anteriormente mencionados, no dudes en recibir una asesoría nutricional.
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