NOS PROHIBIERON SENTIR
La muerte del futbolista Miguel Calero, el triunfo del boxeador Juan Manuel Márquez sobre Manny Pacquiao y el fatal accidente de la cantante Jenny Rivera ..... Hay diferentes posturas al respecto en cada una de las noticias anteriores.Por supuesto radicalizadas.Lo que me queda claro es una vez mas el papel que juegan los medios en nuestra forma de sentir. Aunque yalo sabemos sigue impresionándome.
La semana pasada murió Calero portero emblema del Pachuca. Para los que somos aficionados del fútbol sabemos y reconocemos su trayectoria y profesionalismo. Un personaje sano, joven, buscaba ser director técnico y alguna vez escuché sus deseos por ser comentarista deportivo. Una trombosis cerebral lo mantuvo en coma, su cerebro perdió la vida y sólo esperaron a que el cuerpo colapsara. Admito que mientras veía las noticias me conmovieron las muestras de duelo manifestadas por el mundo deportivo. No sé exactamente por qué pero pensé en sus hijos y su ahora viuda, en la familia que viajó desde Colombia, en la madre siendo abrazada en una cancha de futbol por gente que para ella seguro eran desconocidos. Esta noticia tuvo 12 mil menciones en twitter.
El fin de semana Márquez derrotó a Pacquiao, ahora no quedaron dudas. Prácticamente el mexicano le robó la vida por unos segundos. Mientras unos lo aplaudían y ovacionaban mi mirada era para el cuerpo inerte del contrincante. Posterior a que reaccionó el filipino me pareció un ejemplo de coraje y disciplina el ofrecido por el boxeador nacional. Nunca hay que dejar de luchar. El mejor golpe vino al final de la pelea cuando dedicó el triunfo a Enrique Peña Nieto. Unos cuantos segundos después de la victoria el nuevo héroe se convirtió para algunos en algo que había que rechazar. Inclusive se bromeo con la idea de que todo estuviera preparado para enaltecer la imagen del nuevo presidente. Más de 4mil veces se mencionó en twitter.
El avión donde viajaba Jenny Rivera cayó. La red y los medios ardieron este fin de semana. Miles de mexicanos comentaron el suceso mostrando su afecto por la cantante, su tristeza o hasta el desprecio que algunos sentían por ella quizás por lo que representaba. Más de 70 mil menciones hasta la tarde del lunes.
Hay diferentes posturas al respecto en cada una de las noticias anteriores. Por supuesto radicalizadas. Lo que me queda claro es una vez mas el papel que juegan los medios en nuestra forma de sentir. Aunque ya lo sabemos sigue impresionándome. Imagino a un grupo de ejecutivos y productores decidiendo nuestra agenda nacional de emociones, hoy lloraremos mañana tendremos rabia, en próximos días reiremos, en algún momento necesitaremos esperanza. El transcurso natural de la vida hace lo suyo y los medios lo aprovechan.
Me niego a pensar que como individuos hemos abandonado la posibilidad de sentir por nosotros mismos. Pareciera que tenemos nuestra gama de sentimientos alterada. Lloramos por lo que no tendríamos que hacerlo, reímos por las tragedias , gozamos con lo que nos corrompe y amamos lo que no deberíamos. Tal vez tendríamos que limpiarnos un poco al respecto.
Los seguidores de las teorías de conspiración coinciden en la red que algo va a suceder y que el nuevo gobierno usará la cortina de humo para darle un golpe al país. Critican a quienes sienten cada uno de los hechos arriba mencionados. ¿Por qué llorar a un personaje que ni siquiera conocemos? ¿ por qué disfrutar un triunfo que no es el tuyo?.
En definitiva la televisión ha provocado que hasta nos cuestionemos el hecho de conmovernos ante algo que parece más un show montado que una triste tragedia o un triunfo real. Nos desensibilizaron. El protagonismo constante de los medios ha generado que parte de este país ya no se conmueva ante las situaciones que son ciertas. Entre el fenómeno mediático y los cien mil muertos que nos dejó el gobierno anterior vemos una sociedad emocionalmente polarizada y en ocasiones paralizada. A algunos se les desensibilizó, otros se sienten frágiles. Quizás el acostumbrarnos a ver las peores escenas en las esquinas de los cruceros a través de los periódicos o en la sala de casa nos transformó. Las noticias fatídicas permearon en nuestra realidad. Uno más o uno menos , da igual. Por ello es que el día de hoy para muchos no es legítimo soltar lágrimas. Nuestras emociones están exaltadas. Se vuelve difícil entregarse plenamente a cualquier emoción colectiva. Pareciera que para entregar el corazón debemos tener certezas pero en definitiva el país necesita llorar, necesita triunfar, necesita guardar lutos, necesitamos no perder la capacidad de sentir así sea por quienes no conocemos, creo que ese es un buen punto para adoptar el dolor ajeno.
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